Beneficio – Tiene pocas grasas

El pollo es la segunda carne más consumida en todo el mundo, ¡y con razón! Comer pollo nos aporta proteínas de alto valor biológico, minerales, vitaminas y, sobre todo, una menor cantidad de grasas saturadas que las carnes rojas, como la de cerdo o ternera. 

No solo lo decimos nosotros: hay una gran cantidad de estudios que lo demuestran. La Fundación Española de la Nutrición explica en su guía nutricional sobre los principales alimentos de nuestra dieta que, en 100 gramos de pollo, el 70,3% es agua, el 20% son proteínas y solo el 9,7% son lípidos o grasas. 

¿Qué debemos hacer para reducir la grasa del pollo? Una de las ventajas de esta carne tan saludable es que su grasa es muy visible. Solo retirando la piel ya disminuimos su consumo aproximadamente un 2%, sobre todo en la pechuga y el muslo.

La pechuga es la parte del pollo más valorada a nivel nutricional, y es que al tratarse de una de las zonas más magras nos aporta menos concentraciones de grasa. Además, no podemos olvidar el alto contenido de proteínas que contiene: si comemos una pieza de 100 gramos de pechuga obtendremos 21,8 gramos de proteínas

¡Ahora que ya conocemos un beneficio más de comer pollo solo queda cocinarlo! Pero antes, te compartimos un consejo más. Recuerda que es muy importante respetar la cadena del frío con este alimento. En el caso de congelarlo conviene consumirlo antes de tres meses.