Consejos para cocinar pollo relleno
La carne de pollo es un ingrediente ideal, tanto para cocinarla en nuestro día a día como en una ocasión especial. Se acercan épocas de celebraciones y hay alimentos que no pueden faltar en tu despensa.
Cocinar un pollo relleno es una opción suculenta y llamativa que seguro que encantará a tus invitados. Pero, cuidado. Debes prestar mucha atención al preparar el plato estrella de la mesa. Te compartimos unos consejos para cocinar el pollo relleno y que el día sea todo un éxito.
Elegir bien la pieza
El primer paso para cocinar un buen pollo relleno es elegir, muy cuidadosamente, la pieza que vamos a preparar. Antes de comprar el pollo debemos saber qué tipo de relleno queremos usar y, sobre todo, para cuántas personas vamos a cocinar.
Te recomendamos que no escojas piezas demasiado grandes. Cuanto más tamaño tenga el pollo más tiempo de asado va a necesitar (puede llegar a superar las 3 horas de horneado), y entonces será más complicado conseguir que la carne quede jugosa. Te aconsejamos que valores la opción de preparar dos piezas de pollo medianas en vez de cocinar una muy grande. Como dice el refrán, perfume bueno viene en frasco pequeño.
Deshuesar el pollo
Una vez ya tienes tu pieza seleccionada, el segundo paso para conseguir un buen pollo relleno es limpiarlo a conciencia. Siempre puedes pedirle a tu carnicero o pollero de confianza que te lo prepare, pero si te animas a hacerlo en casa verás que es algo mucho más sencillo de lo que parece.
Existen distintas técnicas para deshuesar el pollo. Una de las más comunes es abrirlo por el esternón y, una vez libre de huesos, coserlo con hilo de bridar. Aunque si posteriormente lo vas a rellenar, te recomendamos el deshuesado entero, especial para rellenar, en el que no es necesario cortar la piel ni la carne.
Recuerda, una de las claves está en utilizar un cuchillo bien afilado. Lo ideal es un deshuesador para las aves grandes y una puntilla para las aves más pequeñas.
Poner el pollo en salmuera
El pollo es una carne que requiere mucha atención si queremos que quede especialmente jugosa. Un simple despiste mientras lo horneamos puede hacer que nos quede seco. ¿Cómo podemos evitarlo?
La salmuera líquida es una técnica muy efectiva para aumentar la humedad y ternura de la carne, y además resalta su sabor.
Empieza preparando un recipiente suficientemente grande como para poder cubrir toda la pieza con agua, pero ten en cuenta que también debe caber en tu refrigerador. A continuación, añade ¾ de taza de sal kosher por cada 4 litros de agua y remueve hasta que se disuelva. La sal es necesaria para que el agua entre en las células del pollo.
Incorpora azúcar al agua, procura que sea la misma cantidad que la de sal. Es algo prescindible, pero muy recomendable, ya que le dará color a la piel del pollo y aumentará la caramelización de la carne. Además, también puedes agregar otros condimentos que te gusten, como pimienta, jugos de fruta o hierbas frescas, para darle más sabor.
Una vez esté la mezcla lista, hiérvela durante 1 minuto, déjala reposar y, cuando esté totalmente fría, sumerge el pollo. Cubre el recipiente con papel film y déjalo reposar en la nevera. En el caso de las piezas pequeñas con 1 o 2 horas será suficiente, pero si se trata de un pollo entero te recomendamos que repose entre 8 y 12 horas.
Cuando haya pasado el tiempo necesario, saca la salmuera del frigorífico, separa el pollo de la mezcla y seca el exceso de agua de la carne con un papel de cocina.
Cubre el pollo antes de hornearlo
Cuando ya hemos rellenado el pollo llega uno de los momentos más decisivos: meterlo en el horno. Es complicado cocinar el pollo al horno a la perfección, pero todo es cuestión de práctica. El proceso de asado será lento; sin embargo, ser paciente tiene su recompensa.
Precalienta el horno a 175 °C. Antes de introducir el pollo, cubre la zona de la pechuga con papel de aluminio untado en aceite. Eso hará que el sabor se impregne bien y que el jugo que va desprendiendo la carne se mezcle con el pollo.
El tiempo de cocción será de entre 2 horas y 2 horas y media, dependiendo del tamaño de la pieza. Cuando el pollo lleve aproximadamente 1 hora en el horno, puedes retirar el papel de aluminio y, durante el tiempo restante, ve regando el pollo con los propios jugos que desprende. Si lo prefieres, también puedes agregar caldo o una copita de vino.
Después de estos consejos, seguro que preparas un pollo relleno que encantará a todos tus comensales. Si quieres ponerle la guinda a tu elaboración, te recomendamos que rellenes el pollo con calabaza, manzana y uvas, una receta impresionante.