Guía básica para preparar los mejores guisos de pollo

Los guisos de pollo son un plato fundamental en nuestra gastronomía, y una de las recetas más queridas por todos. Un buen guiso tiene la capacidad de hacernos entrar en calor, de saciarnos y de dejar a todos los comensales con un fantástico sabor de boca.

En este artículo te compartimos todas las claves para que aprendas a preparar guisos de pollo deliciosos de manera intuitiva. De esta forma, podrás personalizar tus elaboraciones a los ingredientes de los que dispongas en cada momento o con los que te apetezca más cocinar: simplemente, sigue estos sencillos consejos y conseguirás un platazo para cada ocasión. ¡Vamos allá!

¿Qué cortes de pollo elegir para un guiso?

En un buen guiso, lo más importante es que la carne quede jugosa y tierna tras cocinarla junto con las verduras y la salsa.

Algunos de los cortes más indicados son los jamoncitos y contramuslos, ya que nos permiten dorar la piel para aportar un toque extra de sabor. Por el mismo motivo, los cuartos traseros y las delicias también son una gran opción, e incluso podrías utilizar las alitas si lo deseas, aunque seguramente tengas que añadir una mayor cantidad para asegurarte de que habrá suficiente carne para satisfacer a todos.

Por otro lado, es mejor evitar las pechugas. Su bajo contenido en grasa y sus filetes finos las hacen más idóneas para otro tipo de elaboraciones (a la plancha, rebozadas, con ciertas salsas, etc.).

Elijas la opción que elijas, empieza tu guiso dorando el pollo en una cazuela con un poco de aceite de oliva, sal y pimienta. Deja que coja cierto color en la parte de afuera, aunque no te preocupes si las piezas más grandes (como los contramuslos) no se cocinan completamente en el centro: tendrán tiempo para terminar de hacerse al añadir el resto de ingredientes y la salsa.

¿Qué verduras puedo incorporar?

Al preparar un guiso, hay dos verduras básicas que no podemos olvidar: la cebolla y el ajo. Esta pareja es fundamental para conseguir un plato con sabores intensos. 

Una vez hayas dorado el pollo, retíralo y añade la cebolla y el ajo a la misma cazuela con un poco de aceite. Rehógalos hasta que la cebolla esté traslúcida y el ajo tierno. En ese momento, puedes añadir el resto de verduras.

La selección de vegetales es bastante libre a la hora de preparar tus guisos: puedes personalizarla según lo que tengas en cada momento en la nevera o lo que esté de temporada en cada estación. Algunas verduras que funcionan genial en los estofados de pollo son la zanahoria, el pimiento (rojo o verde), el calabacín, las setas y los guisantes.

Incorporar patatas también es una gran idea, ya que contribuyen a equilibrar el plato gracias a su aporte calórico. Además, es una buena forma de dar más consistencia a tu guiso y de aumentar el volumen de forma sencilla y económica.

Recuerda cortar todas las verduras a un tamaño similar. Un truco para asegurarte de que todas las verduras se cocinen adecuadamente y queden tiernas es tener en cuenta su tiempo de cocción: las zanahorias y los pimientos suelen necesitar más tiempo que el calabacín y las setas, por ejemplo.

Completa tu menú con las mejores guarniciones

El guiso de pollo se convertirá en el plato estrella del día, pero tal vez quieras preparar alguna guarnición para acompañar y completar el menú. Aquí tienes nuestras dos sugerencias: bien una ensalada si buscas una opción ligerita, o bien un arroz o grano integral si deseas algo más contundente.

Una buena ensalada se compone, básicamente, de tres elementos: una base de hojas verdes, los toppings que más te gusten y un rico aliño. Como base, puedes elegir la clásica lechuga u optar por otras alternativas como las espinacas, los canónigos o la rúcula. Los toppings nos permiten ser creativos: tomates, aguacate, cebolla, frutos secos, queso… Recuerda que, en este caso, no es necesario que incluyas ingredientes proteicos (como el atún o algún tipo de carne), ya que el propio pollo del guiso nos aportará los nutrientes necesarios. Para terminar, te aconsejamos que elijas un aliño sencillo a base de sal, aceite oliva y vinagre para no eclipsar el sabor del estofado.

Si, por el contrario, buscas una guarnición que te dé un extra de calorías y energía, el arroz blanco u otros cereales como la quinoa o el bulgur son una alternativa estupenda. Simplemente cocínalo con agua o caldo de verduras: ¡el sabor lo aportará el estofado!

Con todos estos consejos, ya estás listo para preparar unos magníficos guisos. Y, por supuesto, si quieres innovar y llevar tus platos al próximo nivel, siempre puedes inspirarte en las sugerencias de recetas que puedes encontrar en nuestra web. ¡Que aproveche!