La importancia de las proteínas en la dieta
Las proteínas desempeñan un papel fundamental en el organismo. Se trata de moléculas formadas por aminoácidos que están presentes en todas las células de nuestro cuerpo y participan en infinidad de procesos metabólicos. Estos aminoácidos pueden ser esenciales o no esenciales. En el caso de los primeros, nuestro cuerpo no puede sintetizarlos por sí solo, por lo que necesitamos adquirirlos a través de los alimentos. Por eso es muy importante mantener una dieta equilibrada y variada para obtener todos los tipos de aminoácidos.
Las proteínas en la alimentación se encuentran tanto en alimentos de origen animal como vegetal aunque, en el caso de los segundos, en menor cantidad. Por eso es necesario combinarlas, ya que, de esta forma, se obtiene una proteína de calidad similar a la animal.
En el momento de absorberlas, nuestro organismo descompone las proteínas consumidas en los aminoácidos que la constituyen, pero no todos los alimentos tienen la misma secuencia de aminoácidos, lo que afecta a la calidad de las proteínas absorbidas. Para medir esta calidad, se introduce el término “valor biológico”, que permite clasificar las proteínas en dos categorías, según los aminoácidos esenciales que contiene:
- Alto valor biológico: contienen los 9 aminoácidos esenciales y se encuentran en alimentos de origen animal (carne, huevos, leche y derivados y pescado).
- Bajo valor biológico: carecen de algún aminoácido esencial y se encuentran en alimentos de origen vegetal (verduras, legumbres, frutos secos y los cereales).
Como vemos, una proteína se considera de alto valor biológico solo cuando contiene todos los aminoácidos esenciales. A partir de ahí, cuantos menos aminoácidos esenciales tenga, menor será su calidad y valor biológico.
¿Por qué son necesarias las proteínas?
Constituyen más de la mitad del peso de las células y asumen múltiples procesos y funciones, entre ellas:
- Función estructural: se trata de la función principal de las proteínas, que consiste en regenerar y mantener los tejidos de distintos órganos como músculos, huesos, tubo digestivo, glándulas endocrinas, cerebro, nervios, piel… Entre estas proteínas se encuentran el colágeno, la queratina o la elastina.
- Función enzimática: permiten y aceleran algunas reacciones químicas y metabólicas que se producen en el organismo, tales como la digestión, la coagulación sanguínea o las funciones hepáticas.
- Función reguladora: regulan algunos procesos vitales como la respiración o la digestión.
- Función transportadora: posibilitan el transporte de nutrientes a las células. Es el caso de la hemoglobina, que lleva el oxígeno de los pulmones a los tejidos del cuerpo, la mioglobina, que lo absorbe para llevarlo a los músculos, o la albúmina, que transporta grasas en el torrente sanguíneo.
- Función inmunológica: estas proteínas resultan fundamentales para el desarrollo de anticuerpos, ya que son capaces de reconocer posibles patógenos para que, posteriormente, las células del sistema inmunológico los eliminen. Un buen ejemplo son las inmunoglobulinas.
Como hemos visto, las proteínas, además de construir tejido muscular, también tienen otras muchas funciones que resultan esenciales para el organismo. Por eso es fundamental incluir en nuestra dieta alimentos de alto valor biológico que nos aseguren la obtención de los aminoácidos esenciales, ya que posteriormente se transformarán en las proteínas necesarias para el buen funcionamiento del organismo.