Este verano, date un capricho con esta receta de lujo: solomillos de pollo con salsa brie, trufa y jamón. Sorprenderás a todos tus invitados con este plato sencillo pero digno de los mejores restaurantes.
Los solomillos de pollo, cocinados en mantequilla infusionada con albahaca fresca, quedan muy jugosos y tiernos. La salsa de queso y trufa aporta una textura suave y cremosa, mientras que las virutas de jamón añaden el toque crujiente perfecto.
¡Pruébalo y querrás repetir!
Elaboración
- Precalentar el horno a 200 °C.
- Colocar las lonchas de jamón en una bandeja de horno y hornear durante 10 minutos a 200 °C con ventilador. Enfriar y desmenuzar con las manos. Reservar.
- Pelar y cortar el puerro y los dientes de ajo en dados pequeños (brunoise). Reservar.
- Retirar la corteza del queso brie y cortar en dados medianos. Reservar.
- Calentar un poco de aceite en un cazo y pochar el puerro y los ajos a fuego medio. Salpimentar.
- Desglasar con el vino brandy y subir el fuego para que se evapore el alcohol.
- Incorporar el queso, la nata y la salsa de trufa. Mezclar y cocer durante 5 minutos a fuego bajo.
- Triturar con un procesador de alimentos la elaboración anterior hasta obtener una salsa cremosa y homogénea. Reservar.
- Deshacer la mantequilla en una sartén con unas hojas de albahaca y cocinar los solomillos de pollo a fuego medio. Salpimentar.
- Para emplatar, dibujar un círculo con la salsa de brie y trufa en la base del plato y poner encima los solomillos de pollo. Espolvorear un poco de jamón crujiente y servir.